Una checklist de 10 pasos para potenciar tu capital circulante
Los costes de la cadena de suministro se están disparando en todo el mundo. Y al igual que muchos de tus competidores, probablemente has estado reflexionando sobre cómo inviertes tu capital circulante.
¿Te estás replanteando tus decisiones de inventario? ¿Piensas en trasladar tus operaciones a destinos más baratos? ¿Estás considerando hacer que tu cadena de suministro sea más local?
¿O estás pensando como Musk y planeas escaparte a Marte?
Pues bien, antes de que hagas las maletas, puede que tengamos la solución a tu angustia.
En lo que se refiere a las normas que rigen tus ingresos, es muy probable que tu balance sea muy diferente al de antes del covid. Y es posible que esto suceda en el resultado general de la empresa, en los departamentos o en los productos.
En lo que respecta a la cadena de suministro, existen buenas oportunidades para reducir costes y desbloquear el capital circulante. Pero ahora, más que nunca, hay un riesgo oculto en cada movimiento.
Si recortas costes en el área equivocada, podrías quedarte corto de suministros y con roturas de stock. Si inviertes en exceso en las existencias equivocadas, la empresa podría bloquear capital circulante al inmovilizarlo en productos que no se pueden vender.
En pocas palabras, crónica de una muerte anunciada. Es un círculo vicioso. Pero, con todo y con eso, aún puedes aumentar tus probabilidades de salir airoso.
¿Qué es el capital circulante?
El capital circulante o activo circulante son los bienes y derechos de la compañía con capacidad para convertirse en dinero en corto plazo, concretamente, en menos de 12 meses. En este sentido, las principales cuentas que componen el capital circulante son:
- Inventario. Entendido como las materias primas necesarias para la producción y producto acabado
- Tesorería. Es decir, el dinero en caja
- Las deudas para cobrar a corto plazo. Como podría ser una factura pendiente de cobrarle a un cliente
- Inversiones. Siempre que sean productos financieros cuyo plazo de vencimiento sea inferior a un año
Estos recursos se utilizan, por lo general, para llevar a cabo las operaciones diarias de una compañía. Entre otras cosas, se utilizan para gestionar y mantener en funcionamiento la cadena de suministro. Algunos de los principales gastos derivados de la cadena de suministro que se sufragan con capital circulante son los siguientes:
Compra de materias prima y de producto
El capital circulante permite a la empresa comprar los materiales y componentes necesarios para la producción en el caso de los fabricantes, y de producto terminado en el caso de distribuidores y retailers. Una gestión efectiva del capital circulante garantiza que la empresa tenga suficientes recursos financieros para mantener un flujo constante de suministro.
Pagos a proveedores
Una cadena de suministro sólida implica mantener buenas relaciones con los proveedores y cumplir con los pagos en tiempo y forma. El capital circulante es esencial para garantizar que la empresa pueda pagar a sus proveedores sin retrasos.
Gestión de inventario
Con el capital circulante también se sufragan todos los costes de inventario. En este apartado situaríamos gastos como la manipulación y el transporte de mercancías, los alquileres de los almacenes, los salarios de los trabajadores implicados en la cadena de suministro…
¿Cuáles son las características del capital circulante?
El capital circulante, también conocido como capital de trabajo, es una medida financiera clave en la gestión de la cadena de suministro. Sus características principales incluyen:
- Activo Corriente: El capital circulante se compone principalmente de activos corrientes, que son recursos financieros que se espera que se conviertan en efectivo o se utilicen en el corto plazo, generalmente dentro de un año. Estos activos incluyen efectivo, cuentas por cobrar, inventario y otros activos líquidos.
- Financiamiento a Corto Plazo: El capital circulante se financia principalmente con pasivos corrientes, que son obligaciones que deben pagarse en el corto plazo, generalmente dentro de un año. Esto puede incluir cuentas por pagar, préstamos a corto plazo y otros pasivos a corto plazo.
- Gestión de Liquidez: El capital circulante se utiliza para medir la capacidad de una empresa para cumplir con sus obligaciones a corto plazo y administrar su liquidez. Una cantidad adecuada de capital circulante es esencial para evitar problemas de flujo de efectivo y mantener la operación continua del negocio.
- Naturaleza Dinámica: El capital circulante es una medida que cambia constantemente a medida que se realizan transacciones comerciales. Por ejemplo, a medida que una empresa vende productos, las cuentas por cobrar disminuyen, lo que puede liberar efectivo. Del mismo modo, cuando se compra inventario, las cuentas por pagar pueden aumentar, lo que proporciona financiamiento a corto plazo.
- Relación con la Cadena de Suministro: El capital circulante está estrechamente relacionado con la gestión de la cadena de suministro. Las decisiones sobre la adquisición de inventario, los términos de crédito con proveedores y la gestión de cuentas por cobrar afectan directamente al capital circulante. Una gestión efectiva de la cadena de suministro puede ayudar a optimizar el capital circulante.
- Equilibrio entre Activos y Pasivos Corrientes: Para una salud financiera óptima, es importante mantener un equilibrio adecuado entre los activos y pasivos corrientes. Un exceso de activos corrientes en relación con los pasivos puede indicar que los recursos no se están utilizando eficientemente, mientras que un déficit puede conducir a problemas de liquidez.
- Indicador de Eficiencia Operativa: El capital circulante también puede servir como un indicador de la eficiencia operativa de una empresa. Una gestión eficaz del capital circulante puede mejorar la rentabilidad al reducir los costos financieros y garantizar un flujo de efectivo adecuado para las operaciones diarias.
- Evaluación Periódica: Dado que el capital circulante es dinámico, es importante realizar evaluaciones periódicas para garantizar que se mantenga en un nivel adecuado. Esto implica el monitoreo constante de los activos y pasivos corrientes, así como la toma de decisiones estratégicas para mantener un equilibrio saludable.
¿Cómo sería una utopía del capital circulante?
La colonización de Marte nos puede dar lecciones sobre la utilización del capital circulante.
Colonizar Marte va a ser complicado. Y así, en escenarios difíciles como este, tienes que exprimir el valor de cada oportunidad. No hay sitio para los pasajeros que no añaden valor.
Cuando empiezas a hablar con tus compañeros, te das cuenta de que estás rodeado de gente impresionante. Y aquí está implícita la primera lección.
Cada persona en el vuelo a Marte, y en la eventual colonia, debe ofrecer algo para el bien común. O, una vez allí, toda la aventura podría fracasar.
El capital circulante es de Marte
Al igual que la colonia en Marte, si no puedes financiar el día a día de la empresa, ésta dejará de funcionar. Ocurriría lo mismo que si te llevas demasiados albañiles a la colonia: algunos se quedarán de brazos cruzados porque no habrá faena ni materiales para todos. Del mismo modo, no conviene que el capital circulante se quede parado sin hacer nada, cuando podría reinvertirse en algún sitio donde realmente aporte.
El inventario es de Venus
La realidad para la mayoría de las empresas es que deben encontrar el equilibrio adecuado entre una alta disponibilidad y una inversión óptima en stock.
Si inviertes demasiado en inventario, pronto tendrás problemas de liquidez. Por otro lado, si no inviertes lo suficiente, tendrás un nivel de servicio deficiente que te hará tener enfadados a tus clientes.
El riesgo que asumas con tu inventario debe desempeñar un papel importante en el análisis del capital circulante. Cualquier inversión, si está ligada a productos que nunca se venden, es un problema.
Y el inventario y el capital circulante son muy distintos.
La mayoría del stock tiene una vida útil. Ya sea por su naturaleza perecedera o por el riesgo de obsolescencia como resultado de los cambios en la demanda del mercado. Por eso, un exceso de stock supone un riesgo enorme.
Las malas decisiones de hoy pueden perseguirte durante meses o incluso años en el futuro. Sobre todo, si los productos en los que inviertes se venden lentamente.