Lograrlo no es tarea fácil. El consumidor actual tiene un poder extraordinario: puede comparar ofertas fácilmente y siempre está a un clic de buscar alternativas. Esto significa que buscará activamente realizar sus compras en aquellos sitios que le ofrezcan la mayor variedad de artículos para elegir, al mejor precio y con los plazos de entrega más cortos. Esto crea una enorme presión en las empresas para ofrecer cada vez mayores surtidos con disponibilidad inmediata.
Si su empresa comercia con bienes intangibles, esto no es un problema –de hecho constituye una ventaja, como expresó Chris Anderson en su libro The Long Tail, donde explica que para este tipo de empresas, el coste de añadir un nuevo artículo a su surtido tiende a ser cada vez menor y por lo tanto son capaces de ofrecer catálogos gigantescos siempre disponibles, lo cual les ha proporcionado la oportunidad de incrementar su facturación al aprovechar una parte de la demanda que nunca antes había podido ser cubierta en los canales de venta físicos.
Sin embargo, si su empresa comercia con bienes físicos las cosas son muy diferentes: asegurar la disponibilidad de un surtido cada vez mayor implica cada vez mayores costes y riesgos asociados al mantenimiento del inventario. Por un lado no podemos quedarnos sin stock, pero tampoco podemos pasarnos. Tener stock insuficiente nos hace perder ventas, clientes y prestigio; pero mantener un inventario excesivo genera gastos, inmoviliza recursos financieros y crea un grave riesgo de obsolescencia y de pérdida de margen.
Resulta evidente entonces que lo mejor consiste en lograr lo que se conoce como el inventario óptimo, es decir, tener el stock necesario para cubrir nuestra demanda, pero sin incurrir en grande excesos de inventario. Sin embargo, resulta imposible si no se cuenta con las herramientas adecuadas.
LOGRAR LA DISPONIBILIDAD DEL STOCK NO ES TAN DIFÍCIL
Con la herramienta adecuada
¿Por qué resulta tan complicado asegurar el inventario óptimo de nuestras referencias? Para exponerlo de manera simple: cada una de sus referencias se comporta de una manera determinada y además dicho comportamiento varía con el tiempo. Mantener un inventario óptimo implica que debemos ser capaces de ajustar constantemente los niveles de stock al comportamiento esperado de cada una de ellas.
Dentro de un surtido típico, lo normal es que sólo un pequeño porcentaje de las referencias presenten un patrón de demanda estable a lo largo del año, mientras que la mayoría de ellas –especialmente en entornos de comercio electrónico– presentan comportamientos erráticos y de baja rotación. Eso sin contar con tendencias, comportamientos estacionales y acciones promocionales que deberían ser tomados en cuenta.
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