¿Cómo llevar a cabo una gestión del ciclo de vida del producto eficaz? Las 5 fases explicadas

Sam Phipps

Última actualización: September 25, 2023 | 5 min
Sam Phips

Una guía completa para la gestión del ciclo de vida del producto

La gestión del ciclo de vida del producto es un juego de riesgo. Si enseñas tus cartas demasiado pronto, pagarás un precio muy alto. Del mismo modo, si tiras los dados demasiado tarde, puedes perderte el premio gordo.

Entonces, ¿cómo puedes mejorar tus probabilidades?

En este artículo, nos adentraremos en el tema de la gestión del ciclo de vida del producto y revelaremos los pasos que puedes dar para reducir costes, maximizar las ventas y aumentar la rentabilidad.

¿Qué es el ciclo de vida de los productos?

Empecemos por lo básico.

Desde el momento en que se lanza un nuevo producto hasta que se retira uno antiguo, tiene que pasar por varias fases clave. Esto se conoce comúnmente como el ciclo de vida del producto.

En cada etapa del ciclo, los equipos de la cadena de suministro tienen que tomar decisiones críticas sobre el futuro del producto. Y estas decisiones no deben tomarse a la ligera.

¿Y en qué consiste la gestión del ciclo de vida del producto?

La gestión del ciclo de vida del producto consiste en integrar los datos, las personas y los procesos para lograr un equilibrio óptimo entre la disponibilidad del producto y el riesgo en cada etapa.

Al tomar medidas para mejorar la visibilidad y el control, los equipos de la cadena de suministro pueden mitigar los riesgos, reducir los costes de inventario y ofrecer a los clientes la mejor experiencia posible.

que es el ciclo de la vida de los productos

¿Cuáles son las ventajas de una gestión eficaz del ciclo de vida de los productos?

Gestionando eficazmente el ciclo de vida de los productos, las empresas pueden garantizar que los artículos superan sin problemas las fases de introducción, crecimiento, madurez y fin de vida.

Otro de los objetivos de la gestión del ciclo de vida del producto debe ser el de ayudar a las empresas a evitar la canibalización. Es decir, la pérdida de ventas por tener en su surtido productos demasiado similares.

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Las 5 fases del ciclo de vida de un producto

Todo producto pasa por un ciclo de vida que consta de cinco fases.

Estudio 

  • En esta fase la empresa evalúa si el nuevo producto tiene posibilidades de éxito.
  • Antes de dar el paso, la empresa debe estar segura de que el lanzamiento del nuevo producto merece la pena.

Introducción

  • En este punto, el producto acaba de ser introducido en el surtido de la empresa.
  • Se realiza una primera orden de compra del nuevo producto basada en previsiones internas de venta, normalmente tomando como referencia un producto similar del surtido, o se trabaja contra pedido.

Crecimiento

  • Suele ser el primer par de meses después de la introducción del producto
  • Hay que vigilar de cerca las ventas
  • El seguimiento de las ventas reales en comparación con las previsiones permite tomar decisiones sobre la continuidad del producto
  • La previsión debe actualizarse continuamente en respuesta a la evolución de la demanda

Madurez

  • En este punto, el crecimiento de las ventas se ha estancado
  • El producto se ha consolidado en el mercado y los pedidos se realizan regularmente para reponerlo
  • El stock de seguridad debe optimizarse para evitar roturas de inventario.
  • La demanda debe seguir controlándose para detectar cualquier signo de declive y anticipar que el producto se acerca al final de su vida útil.

En declive

  • La tendencia del producto es a la baja
  • Hay que dejar de hacer nuevos pedidos y vender todo el stock residual
  • El objetivo aquí es minimizar la cantidad de existencias obsoletas

fases del ciclo de vida de un producto

¿Cómo es una “buena” gestión del ciclo de vida del producto en cada fase?

No existe un enfoque único para la gestión del ciclo de vida del producto.

Al fin y al cabo, la gestión de un producto que acaba de ser introducido es diferente a la de un producto que se encuentra al final de su ciclo de vida.

En la siguiente sección, veremos las diferentes consideraciones, tácticas y estrategias que debes tener en cuenta para cada etapa del ciclo de vida del producto.

Así pues, entremos en materia.

La fase de estudio 

Antes de introducir un nuevo producto, hay que hacer los deberes.

La pregunta que debes hacerte es: ¿necesito lanzar este producto?

¿Tiene sentido introducir otro producto? Por ejemplo, si ya tienes 380 cubos de basura en tu gama de productos, ¿tiene sentido considerar el lanzamiento al mercado del nº 381?

Asimismo, ¿merece la pena el riesgo?

Introducir un nuevo producto nunca es barato. Hay que pagar el inventario, invertir en marketing y asegurarse de que las operaciones están en marcha para hacer llegar el producto al cliente.

Todo esto supone una gran cantidad de dinero y esfuerzo. Antes de dar un salto de fe, hay que estar seguro de que el producto tiene sentido.

Consejo: Hay muchas cosas en las que hay que pensar antes de dar luz verde al lanzamiento de un nuevo producto. Consulta nuestra checklist para tomar decisiones más racionales en este punto del ciclo de vida del producto.

La fase de introducción

fases del ciclo de vida de los productos

¿Qué cantidad debemos comprar con el pedido inicial?

Es difícil saberlo, ya que estamos hablando de un producto nuevo. No obstante, es preciso tomar algunas referencias para no realizar nuestras previsiones a ciegas. Algunos de los factores que podemos tener en cuenta son:

  1. Examinar los datos de ventas pasadas de productos similares o de la misma categoría para obtener información útil sobre la posible demanda del nuevo producto.
  2. Analizar los datos de ventas actuales de los productos similares ofrecidos por los competidores para tener una idea de cómo puede ser recibido el nuevo producto en el mercado.
  3. Considerar el posible impacto de las actividades de marketing -como promociones, anuncios y ofertas- en la demanda del nuevo producto.
  4. Evaluar cómo las características únicas del nuevo producto -es decir, si se trata de un artículo realmente disruptivo- pueden afectar su demanda y el impacto que esto puede tener en las ventas.
  5. Tomar en cuenta la estacionalidad al planear el lanzamiento del nuevo producto para asegurarse de aprovechar al máximo las oportunidades de venta durante los días festivos y temporadas altas de ventas.

¿A qué proveedor debemos comprar estos artículos?

Supongamos que pronosticamos la demanda del nuevo producto en 10.000 artículos para los próximos 6 meses: esto puede salir mal de dos maneras.

Por un lado, podría ocurrir que al cabo de seis meses resultara que sólo hemos vendido unas pocas piezas. Por otro, podríamos vender los 10.000 artículos en la primera semana.

Este segundo escenario puede parecer un gran éxito hasta que uno se da cuenta de que los productos se compraron en Extremo Oriente con un plazo de entrega de 26 semanas.

De ahí la importancia de la segunda pregunta: ¿dónde comprar?

Es posible que el proveedor extranjero sea más barato. Pero esto puede obligarte a comprar en grandes cantidades para llenar un contenedor de transporte.

Por otro lado, podrías abastecerte localmente. Pero esto puede resultar caro.

Consejo: es importante acertar con el proveedor. Sin embargo, es posible que haya varios proveedores que puedan satisfacer tus necesidades. Para ayudarte a elegir el mejor proveedor para tu empresa, haz clic aquí para leer nuestra guía.

Consejo: es importante encontrar el proveedor adecuado. Sin embargo, es posible que haya varios proveedores que puedan satisfacer tus necesidades. Lee nuestra guía para ayudarte a seleccionar el mejor proveedor para tu empresa.

La difícil transición entre la fase de introducción y la fase de crecimiento

El final de la fase introductoria no es tan difícil de definir; al menos en términos teóricos.

Lo que marca el final de la fase introductoria es exactamente algo que hay que definir de antemano como empresa.

Las empresas suelen establecer un periodo fijo para que el nuevo producto demuestre su valor. Por ejemplo, alcanzando un determinado nivel de facturación o de margen.

Supongamos que el criterio para un nuevo producto es generar un volumen de ventas de al menos 25.000 euros en los primeros 6 meses. Si el producto alcanza este objetivo, podemos aceptarlo en nuestro surtido.

A partir de este momento, tenemos que seguir de cerca la demanda. Si el producto gana tracción en el mercado, nuestras previsiones y ciclos de reposición deben recogerlo lo antes posible para mantener altos niveles de disponibilidad.

Pero ¿qué ocurre si el producto no alcanza el objetivo de facturación?

En este caso, debe pasar directamente a la fase de retirada.

La fase de crecimiento

El producto parece gustar a los clientes y, por tanto, la demanda es fuerte. En esta fase, garantizar la disponibilidad es esencial: la falta de existencias es desastrosa.

En consecuencia, los niveles de servicio son más importantes que la optimización de las existencias o los costes de transacción de los pedidos. Sin embargo, esto no significa que haya que olvidarse por completo del inventario. Utilizar todos los datos disponibles no solo es posible, sino que también es importante para elaborar una buena previsión.

Durante la fase de introducción, la previsión se basaba en los llamados modelos cualitativos (conocimiento del mercado, intuición y bolas de cristal). A medida que el producto avanza en su ciclo de vida, hay más datos disponibles y podemos empezar a utilizar modelos de tendencia cuantitativos.

Determinar las cantidades económicas de los pedidos sigue siendo un poco complicado, ya que tenemos que basar nuestras necesidades en la demanda futura (y la demanda sigue aumentando). Si nos basáramos únicamente en los datos históricos, subestimaríamos estructuralmente la demanda futura. Esto también puede aplicarse a la forma de determinar los niveles de reordenación.

La incómoda fase intermedia

Toda la euforia tiene que llegar a su fin en algún momento. Al final, llega el momento en que el periodo de crecimiento de dos dígitos se convierte en un periodo de crecimiento cero.

¿Y entonces qué hay que hacer?

Es casi imposible predecir cuándo se producirá esta transición del crecimiento a la madurez, por lo que hay que estar muy atento a cuándo llega finalmente ese momento.

Si utilizamos un método de previsión en la fase de crecimiento, tenemos la oportunidad de hacer uso de la llamada “señal de seguimiento”. Se trata de un indicador que permite saber si una determinada metodología de previsión sigue siendo válida.

Durante la fase de crecimiento, reconocemos que las cifras de ventas siguen una determinada tendencia. Sin embargo, en algún momento, la demanda empieza a seguir un patrón sin tendencia. Esto significa que el modelo de previsión ya no es adecuado. Esto se refleja en la diferencia entre las previsiones y la realidad.

La fase de madurez

etapa madurez ciclo de vida de productos

 

Desde el punto de vista logístico, la fase de madurez es la más fácil de gestionar. Los patrones de demanda son bastante estables, lo que da lugar a modelos de previsión sencillos.

Las reglas de cantidad de pedidos (a menudo basadas en el EOQ) son bastante sencillas, ya que vienen determinadas por los parámetros del sistema. Pero las estrategias de inventario, los modelos y los niveles de pedido difieren sin duda de los necesarios durante la fase de crecimiento.

Por lo tanto, es necesario ajustarlos para evitar que los tamaños de los lotes y los niveles de reorden sean demasiado grandes; después de todo, empezamos con una tendencia en la fase de crecimiento.

En otras palabras, si no hacemos nada, seguiremos acumulando un exceso de inventario.

 

las fases del ciclo de vida del producto explicadas

La fase de retirada del producto

La fase de retirada -phase out en inglés- es la etapa final del ciclo de vida del producto. Se corresponde con el fin del declive y supone la salida del artículo del surtido de la empresa. En ocasiones esta retirada puede producirse de una manera repentina, como en el caso de algún producto que, una vez ya ha sido lanzado, se descubre que su uso o consumo no es seguro. En otros casos, como en el de artículos que simplemente se prevé que quedarán obsoletos, la fase de retirada es más lenta, progresiva y planificada.

Fases Ciclo Vida Producto

¿Cómo puede la planificación de ventas y operaciones (S&OP) apoyar una gestión eficaz del ciclo de vida del producto?

La gestión del ciclo de vida del producto debe ser un proceso altamente colaborativo.

Cuando se trata de lanzar un nuevo producto, siempre hay mucha emoción. Todo el mundo tiene que poner su granito de arena para que el lanzamiento sea un éxito. Sin embargo, ¡aquí es donde empiezan los problemas!

Cada equipo tiene una opinión diferente sobre cómo debe gestionarse el producto en cada fase del ciclo de vida.

Y cuando se trata de la fase de declive, a menudo empiezan a aparecer las grietas. Después de todo, ¡nadie quiere ser responsable de un producto que fracasa!

La pregunta es: ¿cómo se puede trabajar con otras divisiones de la empresa para acordar el mejor enfoque para introducir nuevos productos, revisar las líneas existentes y gestionar los artículos al final de su vida útil?

Afortunadamente, aquí es donde entra en juego el S&OP.

En esencia, la planificación de ventas y operaciones ayuda a lograr un consenso sobre lo siguiente:

  • Comprender el beneficio/coste potencial de la introducción de un nuevo artículo
  • Acordar la cantidad de pedido inicial de un nuevo artículo
  • Establecer medidas adecuadas para controlar el rendimiento de los nuevos artículos
  • Revisar los artículos añadidos recientemente y acordar la mejor forma de actuar: continuar o recortar
  • Prevenir la obsolescencia mediante el análisis de los ciclos de vida de los productos y la determinación del mejor enfoque para la gestión de los artículos al final de su vida útil

En la próxima sección analizaremos cómo funciona en la práctica este planteamiento de colaboración.

Gestión del ciclo de vida del producto y decisiones de almacenamiento

A lo largo del ciclo de vida del producto hay que tomar medidas decisivas. ¿Hay que eliminar el producto ahora o seguir invirtiendo en él?

Esto no es solo algo que se hace en la fase de declive. Para garantizar una gestión eficaz del ciclo de vida del producto, tenemos que revisar, analizar y optimizar nuestras decisiones en cada etapa.

Sin embargo, tratar de justificar las razones para eliminar un producto del surtido es probable que acabe en discusiones e indecisiones. En lugar de ello, deberíamos enfocarlo al revés: ¿cómo podemos justificar la decisión de mantener ciertos productos como artículos en stock? Por supuesto, esto significa que necesitamos algunos criterios claros que seguir.

He aquí algunos factores que puedes considerar:

  • ¿Con qué frecuencia debemos vender este producto?
  • ¿Nuestros clientes A demandan lo demandan?
  • ¿Necesitamos incluir este producto para obtener otros beneficios estratégicos del proveedor?
  • ¿Se trata de un artículo de alto rendimiento?
  • ¿Puedo devolver a mi proveedor las existencias no vendidas?
  • ¿Existe un producto alternativo en nuestro surtido?
  • ¿Ganamos mucho margen con este producto?
  • ¿Somos el único proveedor de este producto en el mercado?
  • ¿El producto genera tráfico o demanda de otro producto relacionado?
  • ¿El producto es comprado por muchos clientes diferentes o solo por unos pocos?
  • ¿El cliente espera una entrega al día siguiente o está dispuesto a esperar?
  • ¿El artículo tiene un MOQ elevado?

Por supuesto, es probable que algunos de estos puntos sean más importantes para tu negocio que otros.

Lo importante es que los parámetros sean acordados por toda la empresa y se ajusten a los objetivos generales del negocio.

Afortunadamente, aquí es donde la calificación del producto puede ayudarnos.

Ejemplos del ciclo de vida del producto

Hasta ahora hemos hablado de la importancia del ciclo de vida de los productos y de la necesidad de contar con criterios claros de almacenamiento. Ahora, vamos a dar un paso más.

En primer lugar, es importante tener en cuenta que algunos elementos de tus criterios son más importantes que otros. En segundo lugar, sólo un puñado de productos de tu surtido satisfará TODOS tus criterios.

Por lo tanto, para tomar decisiones de almacenamiento eficaces, necesitamos una calificación ponderada que podamos aplicar a cada producto. Además, también necesitamos establecer algunos límites basados en la puntuación global.

Por ejemplo, si un producto obtiene una puntuación inferior a 35 sobre 100 en total, este producto debería establecerse como no almacenado. Por supuesto, la ponderación que utilices para cada criterio dependerá de lo que más importe a tu empresa. Y los límites que establezcas dependerán del grado de racionalización de tu línea.

Veamos cómo se puede utilizar el índice de existencias en la práctica.

En este ejemplo, tenemos que decidir sobre dos productos diferentes. Por un lado, podríamos seguir almacenando ambos productos como parte de nuestro surtido. Pero sólo queremos hacerlo si los artículos en cuestión añaden valor.

Bike Assortment Planning Example

Se trata de una adición relativamente nueva a nuestro surtido. Al tratarse de un artículo que se encuentra en las primeras fases del ciclo de vida del producto, tenemos que pensar detenidamente si merece la pena arriesgarse. Así pues, consideremos los números:

Peso Límite Rendimiento Puntuación
Nº Líneas de pedido 20 > 30 al mes 40 por mes 20
Facturación 20 > 5000€ 6540€ 20
Margen bruto 10 > 20% 15% 0
Nº de clientes únicos 20 > 5 al mes 16 por mes 20
Nº Clientes A 10 > 3 1 0
Servicio de Artículos Estratégicos 10 Si Si 10
Producto alternativo en stock 5 No No 5
Clasificación de proveedores 5 Top 50 En el Top 50 5
Puntuación total 100 80
 Puntuación total 50 – 100  Almacenado ✔️
Puntuación 39 – 49 Transición
Puntuación 0 – 29  No Almacenado

Basándonos en los criterios, podemos ver que el producto A tiene un buen rendimiento. Sin duda, hay algunas áreas en las que el producto tiene dificultades. Sin embargo, con una puntuación global de 80, el producto A cumple con creces nuestros criterios.

Por esta razón, probablemente sea mejor mantener este artículo en stock. Sin embargo, tal vez debamos revisar nuestras tácticas de previsión y pedido para asegurarnos de que estamos totalmente alineados con las demandas del ciclo de vida del producto en evolución.

Vintage Penny Farthing Assortment Planning Example

El producto B forma parte de nuestro surtido desde hace muchos años. Con una demanda estable, este artículo se consideraba anteriormente en la etapa de ciclo de vida de producto maduro. Sin embargo, las cosas pueden cambiar y ahora es el momento de revisar este producto. ¿Cómo están los números?

Peso Límite Rendimiento Puntuación
Nº Líneas de pedido 20 > 30 al mes 3 por mes 20
Facturación 20 > 5000€ 876€ 20
Margen bruto 10 > 20% 58% 0
Nº de clientes únicos 20 > 5 al mes 1 por mes 20
Nº Clientes A 10 > 3 0 0
Servicio de Artículos Estratégicos 10 Si No 10
Producto alternativo en stock 5 No No 5
Clasificación de proveedores 5 Top 50 No en el Top 50 5
Puntuación total 100 15
 Puntuación total 50 – 100  Almacenado ✔️
Puntuación 39 – 49 Transición
Puntuación 0 – 29  No Almacenado

El producto B parece no venderse rápido, lo que sugiere que este artículo puede estar en la fase de declive del ciclo de vida del producto.

No ofrecemos ningún producto similar (¡aunque quizás sea con razón!). Sin embargo, dado que sólo hay un cliente para este producto, el riesgo de obsolescencia es mucho mayor. Si el cliente dejara de comprar de repente, podríamos enfrentarnos a un verdadero problema de exceso.

Por lo tanto, tal vez debamos buscar la forma de eliminar este artículo de nuestro surtido.

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Algunos consejos finales sobre la gestión del ciclo de vida del producto

Como ya hemos aprendido en este artículo, una buena gestión del ciclo de vida del producto es clave a la hora de abordar la optimización de inventarios y la gestión de la cadena de suministro. Aquí te dejamos algunos consejos finales:

1. ¿Planificar la muerte de un producto?

La fase de declive de ventas de un producto es una de las más difíciles de gestionar. Si no reaccionamos a tiempo podemos encontrarnos con un elevado stock obsoleto en el almacén o provocar muchas roturas antes de que nuestros clientes dejen de comprar activamente ese producto.

¿Cómo encontrar el equilibrio? Debemos centrarnos primero en gestionar correctamente la última compra del producto y una vez hecho esto, atender a cuál será su última venta. Los problemas en la fase de declive empiezan cuando no nos percatamos de que ha llegado. Esto implica que sigamos gestionando (y comprando) el artículo en cuestión como si fuera un producto en fase de madurez, con ventas estables. Actuando de esta forma provocaremos un exceso de stock que en gran parte se convertirá, pasado un tiempo, en obsoleto.

2. Analizar la evolución de las ventas

s muy importante analizar la evolución de las ventas de nuestros productos de manera sistemática para detectar cualquier posible incidencia en su demanda. De esta manera, podremos actuar de forma proactiva anticipándonos a los problemas. Esta buena práctica de gestión nos permitirá, por ejemplo, darnos cuenta de cuándo un producto está entrando en fase de declive.

En primer lugar, debemos asegurarnos de que efectivamente hay motivos estructurales por los que se ha iniciado esta fase. De otro modo podríamos estar en una situación coyuntural que nos llevaría a cometer el error de ‘matar’ al producto antes de que sea realmente necesario.

Algunas preguntas que nos pueden servir para abordar esta situación son las siguientes:

  • ¿La competencia ofrece un producto sustitutivo con prestaciones superiores y a mejor precio?
  • ¿Hemos desarrollado nosotros un nuevo producto que reemplaza al actual?
  • ¿Las necesidades de nuestros clientes han cambiado y por tanto han dejado de comprar el producto?
  • ¿El / la Product Manager ha decidido suprimir este producto del catálogo de la próxima temporada?

Una vez hayamos verificado que el producto realmente ha iniciado la fase de declive, nuestra estrategia de compras deberá cambiar por completo. Pasaremos entonces del modelo basado en la teoría de la Cantidad Óptima de Pedido – EOQ aplicable a productos maduros incluso cuando existen tendencias y estacionalidades, al modelo llamado ‘del quiosquero’, que determina que la cantidad (de periódicos, por ejemplo) que compremos hoy, mañana no podremos venderla porque será obsoleta.

3. Agotar el stock de seguridad

Planificar la fecha de muerte de un producto nos permitirá evitar pedidos de clientes que no se puedan satisfacer por falta de stock disponible. Además, nos servirá para asegurarnos de que para ese día no tengamos ya ningún tipo de stock en el almacén (stock de seguridad, stock de presentación…).

En definitiva, reduciremos sensiblemente el riesgo de acumular obsoletos minimizando a la vez el riesgo de roturas de stock, para lo cual también será clave contar con buenas previsiones que consideren la tendencia decreciente en las ventas y su posible acentuación a medida que avanza la fase final. Los clientes sabrán que es su última oportunidad de comprar este producto, con lo que les animaremos de este modo a darnos a conocer cuál es su demanda, sobre todo si es una cantidad relevante.

4. Retirar el producto de forma coordinada de todos los canales de venta

Esta planificación nos permitirá a su vez retirar el producto de forma coordinada de todos los canales de venta. De esta manera podremos evitar situaciones incómodas con nuestros clientes, que se pueden molestar si les informamos de que el producto ya no está a la venta y descubren que sí hay otros canales en los que se sigue ofreciendo.

Además, evitaremos que el Departamento de Compras reciba necesidades de productos que en teoría ya no están en venta porque que entren pedidos de clientes por canales en los que no se han retirado todavía. Esta situación, que debemos evitar, podría suponer roturas de stock o incluso obligarnos a hacer compras inesperadas y urgentes al proveedor.

A lo largo de este artículo, hemos explorado cada una de las etapas del ciclo de vida del producto. También hemos abordado algunas de las tácticas y estrategias que puedes desplegar para lograr la mejor posición posible en el inventario a lo largo del ciclo de vida del producto. Sin duda, hay diferentes grados de riesgo en cada fase del ciclo de vida del producto. Sin embargo, esperamos que esta guía te haya dado algunas ideas nuevas para abordar los ciclos de vida de los productos en evolución.

Preguntas frecuentes sobre el ciclo de vida de los productos

¿Qué es el ciclo de la vida de los productos?

El ciclo de vida del producto es el proceso por el cual un producto viaja desde una etapa de introducción en el mercado hasta su retirada final. Se divide en diversas etapas, y en cada una de ellas los equipos de la cadena de suministro deben enfrentarse a distintos retos.

¿Cuáles serían ejemplos del ciclo de vida del producto?

Los carretes de fotos podrían ser un buen ejemplo. Fueron lanzados alrededor de 1880. En su etapa de introducción eran caros y relativamente exclusivos, pero su creciente popularidad llevó a la producción en masa y a una reducción de costes. Durante la etapa de madurez fueron un producto utilizado por prácticamente toda la población. Con la llegada de la tecnología fotográfica digital empezó su época de declive y, a día de hoy, se podría decir que se consideran una rareza.

¿Cuáles son las fases del ciclo de los productos?

El ciclo de vida del producto se divide generalmente en 4 etapas: introducción, crecimiento, madurez, declive. A estas cuatro fases le podríamos añadir una inicial, la de estudio antes de lanzar el producto, y la de retirada, al sacar el producto del mercado.

¿Qué es la gestión del ciclo de vida de un producto?

La gestión del ciclo de vida de un producto es el proceso de administrar cada una de las etapas del ciclo de vida del producto con el fin de maximizar los beneficios y prolongar la vida útil del producto. Esto implica tomar decisiones estratégicas y tácticas, como invertir en publicidad, reducir costes de producción, modificar el diseño, etc.

¿Qué es el índice de stock?

El índice de stock es una herramienta que, a través de ponderación de las variables de un determinado producto, sirve para decidir si un artículo se debe incorporar -o mantener- en stock.

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